La musicoterapia es el manejo
de la música y sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía)
realizada por un musicoterapeuta cualificado, con un paciente individual o un
grupo. Es un proceso creado para facilitar, promover la comunicación, las relaciones,
el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos
terapéuticos relevantes, para así satisfacer las necesidades físicas,
emocionales, mentales, sociales y cognitivas.
Actualmente la musicoterapia
como disciplina de Salud se ha extendido alrededor del mundo. Hasta la
actualidad, se han desarrollado carreras de grado y post-grado.
España ha sido un país que
tradicionalmente se ha mantenido muy a la zaga en el impulso y desarrollo de
esta Terapia, si bien se ha limitado a determinados estudios, pruebas
experimentales o desempeño aislado de ciertas personas. En Barcelona surge en
el 1976 la Asociación Española de Musicoterapia con el Prof. Abimael Guzmán. El
primer país de habla hispana que contó con una carrera de Musicoterapia fue
Argentina, cuando en 1967 se crea esta Carrera en la Universidad del Salvador
de Buenos Aires. La Asociación Argentina de Musicoterapia se fundó en 1966, y
fue la principal impulsora de dicha carrera. Las carreras de grado en Argentina
son cinco, y están en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad del
Salvador, la Universidad Maimónides y la Universidad Abierta Interamericana
(Buenos Aires y Rosario).
La musicoterapia se desarrolla
profesionalmente tanto en el ámbito público como privado, en abordajes tanto
grupales como individuales. Las metodologías de trabajo varían de acuerdo a la
población y a las escuelas y constructos teóricos que fundamenten el quehacer
del musicoterapeuta.
La música
como conducta humana
Los efectos de la música sobre
el comportamiento han sido evidentes desde los comienzos de la humanidad. A lo
largo de la historia, la vida del hombre ha estado complementada e influenciada
por la música, a la que se le han atribuido una serie de funciones. La música
ha sido y es un medio de expresión y comunicación no verbal, que debido a sus
efectos emocionales y de motivación se ha utilizado como instrumento para
manipular y controlar el comportamiento del grupo y del individuo.
La música facilita el
establecimiento y la permanencia de las relaciones humanas, contribuyendo a la
adaptación del individuo a su medio. Por otra parte, la música es un estímulo
que enriquece el proceso sensorial, cognitivo (pensamiento, lenguaje,
aprendizaje y memoria) y también enriquece los procesos motores, además de
fomentar la creatividad y la disposición al cambio. Así, diversos tipos de
música pueden reproducir diferentes estados de ánimo, que a su vez pueden
repercutir en tareas psicomotoras y cognitivas. Todo ello depende de la
actividad de nuestro sistema nervioso central.
La audición de estímulos
musicales, placenteros o no, producen cambios en algunos de los sistemas de
neurotransmisión cerebral. Por ejemplo: los sonidos desagradables producen un
incremento en los niveles cerebrales de serotonina, una neurohormona que se
relaciona con los fenómenos de agresividad y depresión.
Existen 2 tipos principales de
música en relación con sus efectos: la música sedante, que es de naturaleza
melódica sostenida, y se caracteriza por tener un ritmo regular, una dinámica
predecible, consonancia armónica y un timbre vocal e instrumental reconocido
con efectos tranquilizantes. La música estimulante, que aumenta la energía
corporal, induce a la acción y estimula las emociones.
La música influye sobre el
individuo a 2 niveles primarios diferentes: la movilización y la
musicalización: la movilización: la música es energía y por tanto moviliza a
los seres humanos a partir de su nacimiento y aún desde la etapa prenatal. A
través de la escucha o la creación, la música imprime una energía de carácter
global que circula libremente en el interior de la persona para proyectarse
después a través de las múltiples vías de expresión disponibles.
La música, al igual que otros
estímulos portadores de energía, produce un amplio abanico de respuestas que
pueden ser inmediatas, diferidas, voluntarias o involuntarias. Dependiendo de
las circunstancias personales (edad, etapa de desarrollo, estado anímico, salud
psicológica, apetencia) cada estímulo sonoro o musical puede inducir una
variedad de respuestas en las que se integran, tanto los aspectos biofisiológicos
como los aspectos efectivos y mentales de la persona. Así, el bebé agita sus
miembros cuando reconoce una canción entonada por su madre, los adolescentes se
reconfortan física y anímicamente escuchando una música ruidosa e incluso les
ayuda a concentrarse mejor en el estudio. Dado que la musicoterapia constituye
una aplicación funcional de la música con fines terapéuticos, se preocupa
esencialmente de promover a través del sonido y la música, una amplia
circulación energética en la persona, a investigar las múltiples
transformaciones que induce en el sujeto el impulso inherente al estímulo
sonoro y a aplicar la música para solventar problemas de origen psicosomático.
La musicalización: el sonido
produce una musicalización de la persona, es decir, la impregna interiormente
dejando huella de su paso y de su acción. Así, la música que proviene del
entorno o de la experiencia sonora pasa a integrar un fondo o archivo personal,
lo que puede denominarse como mundo sonoro interno. Por tanto, nuestra conducta
musical es una proyección de la personalidad, utilizando un lenguaje no verbal.
Así, escuchando o produciendo música nos manifestamos tal como somos o como nos
encontramos en un momento determinado, reaccionando de forma pasiva, activa,
hiperactiva, temerosa... Cada individuo suele consumir la música adecuada para
sus necesidades, ya sea absorbiéndole de forma pasiva o creándole de forma
activa. Toda expresión musical conforma un discurso no verbal que refleja
ciertos aspectos del mundo sonoro interno y provoca la movilización y
consiguiente proyección del mundo sonoro con fines expresivos y de
comunicación.
Beneficios
que da la musicoterapia a los ancianos
• Cognitivo. La musicoterapia,
en este caso ayuda al aprendizaje, mejora la orientación en la realidad,
aumenta la capacidad de atención y concentración y mantiene o mejora las
habilidades verbales y de comunicación.
• Físico. La musicoterapia, en
este punto, ayuda a mantener la movilidad de las articulaciones y aumenta la
fuerza del músculo. También promueve la relajación, reduce la agitación y
disminuye los niveles de ansiedad.
• Socioemocional. La
musicoterapia aumenta la interacción y comunicación social, reduce y previene
el aislamiento y mejora las habilidades sociales y la autoestima.
• Espiritual. La musicoterapia
Facilita espacios de reflexión sobre temas trascendentales que preocupan a los
mayores.
Beneficios
que da la musicoterapia a las mujeres embarazadas
Cuando un bebé, aún en el
vientre de su madre, escucha clásicos como Mozart, Bach y Vivaldi, su ritmo
cardiaco se relaja, según han podido observar muchos expertos. La música puede
ayudar a la mujer embarazada a superar sus problemas y llegar a tener un bebé
saludable. Muchas mujeres, durante el embarazo, pueden sufrir una carga
emocional negativa que se traduce en malestar, inseguridad propia o del
entorno, miedos, frustración o sensación de fracaso, ellas están transmitiendo
esto a los bebes, convirtiéndolos en personas inseguras. La musicoterapia puede
brindarles, tanto a la madre como al hijo, tranquilidad y autocontrol.
Tratamiento
para trastornos neurológicos
El uso de la musicoterapia en
el tratamiento de enfermedades mentales y trastornos neurológicos está
incrementando. La musicoterapia ha demostrado efectividad en el tratamiento de
los síntomas de varios de estos desórdenes incluyendo: esquizofrenia, amnesia,
demencia, Alzheimer, Parkinson, depresión, problemas conductuales, afasia,
trastornos del habla y Síndrome de Tourette, entre otros.Mientras que la
musicoterapia ha sido aplicada por varios años, hasta medidos de 1980, pequeñas
investigaciones empíricas han estado brindando soporte a la eficacia del
tratamiento.
Desde entonces, más
investigaciones se han centrado en determinar la eficacia y los mecanismos
fisiológicos subyacentes que conducen a una mejora importante en los síntomas.
Por ejemplo, un meta-estudio que abarca 177 pacientes (más de 9 estudios)
mostró un efecto significativo en muchos de los síntomas negativos de
psicopatologías, en particular en los trastornos del desarrollo y del
comportamiento. La musicoterapia fue especialmente eficaz para mejorar el
enfoque y la atención, y en la disminución de los síntomas negativos como la
ansiedad y el aislamiento.
Los efectos
de la música en la conducta
La influencia de cada uno de
los elementos de la música en la mayoría de los individuos es la siguiente,
aunque como se menciona anteriormente en este mismo artículo, es imposible
predecir los efectos que la música puede producir en un sujeto. Según los
desarrollos del musicoterapeuta noruego Dr. Even Ruud, la vivencia musical
o la respuesta significativa a la música se encuentra teñida en su totalidad
por la biografía musical del oyente, es decir por su situación histórica o
cultural específica. Desde esta perspectiva la vivencia que se experimenta
cuando se escucha música no constituye una respuesta natural o universal de la
música, sino una forma de relacionarse con la cultura, de una forma de
construir una identidad personal. Las investigaciones en psicología y
antropología musicales demuestran que la música se percibe y es respondida de
manera individual, o en correspondencia con ciertas normas culturales. El
significado extraído de la música por cada persona, los valores atribuidos, y
las acciones que surgen de su influencia, no son previsibles en el sentido
etnocéntrico implícito en la mayoría de las investigaciones sobre los efectos
de la música.
Tiempo: los
tiempos lentos, entre 60 y 80 pulsos por minuto, suscita impresiones de
dignidad, de calma, de sentimentalismo, serenidad, ternura y tristeza. Los
tiempos rápidos de 100 a 150 pulsos por minuto, suscitan impresiones alegres,
excitantes y vigorosas.
Ritmo: los ritmos
lentos inducen a la paz y a la serenidad, y los rápidos suelen producir la
activación motora y la necesidad de exteriorizar sentimientos, aunque también
pueden provocar situaciones de estrés.
Armonía: Se da al sonar
varios sonidos a la vez. A todo el conjunto se le llama acorde. Los acordes
consonantes están asociados al equilibrio, el reposo y la alegría. Los acordes
disonantes se asocian a la inquietud, el deseo, la preocupación y la agitación.
Tonalidad: los modos
mayores suelen ser alegres, vivos y graciosos, provocando la extroversión de
los individuos. Los modos menores presentan unas connotaciones diferentes en su
expresión e influencia. Evocan el intimismo, la melancolía y el
sentimentalismo, favoreciendo la introversión del individuo.
La altura: las notas
agudas actúan frecuentemente sobre el sistema nervioso provocando una actitud
de alerta y aumento de los reflejos. También ayudan a despertarnos o sacarnos
de un estado de cansancio. El oído es sensible a las notas muy agudas, de forma
que si son muy intensas y prolongadas pueden dañarlo e incluso provocar el
descontrol del sistema nervioso. Los sonidos graves suelen producir efectos
sombríos, una visión pesimista o una tranquilidad extrema.
La intensidad: es uno de
los elementos de la música que influyen en el comportamiento. Así, un sonido o
música tranquilizante puede irritar si el volumen es mayor que lo que la
persona puede soportar.
La instrumentación: los
instrumentos de cuerda suelen evocar el sentimiento por su sonoridad expresiva
y penetrante. Mientras los instrumentos de viento destacan por su poder alegre
y vivo, dando a las composiciones un carácter brillante, solemne, majestuoso.
Los instrumentos de percusión se caracterizan por su poder rítmico, liberador y
que incita a la acción y el movimiento.
La
influencia de la música en el desarrollo evolutivo del niño
La música es un arte y un
lenguaje de expresión y comunicación que se dirige al ser humano en todas sus
dimensiones, desarrollando y cultivando el espíritu, la mente y el cuerpo. A
través de la música se puede educar íntegra y armónicamente al niño/a. además
es muy importante que el niño/a relacione la música con la actividad, el juego,
el movimiento y la alegría, de forma que le ayude a expresar de forma
espontánea y afectivamente las sensaciones musicales.
La música como lenguaje
expresivo y de comunicación no requiere ni exige actividades especiales. Por
tanto, cualquier niño/a tiene su propia musicalidad en menor o mayor medida. Es
una característica que se debe potenciar y desarrollar desde las edades más
tempranas, así lo señalan psicólogos como Davison o Hargreaves, afirmando que
la musicalidad constituye una de las actitudes más valiosas de tipo humanístico
y no una habilidad aislada o altamente especializada, siendo la 1ª infancia la
etapa más propicia para su desarrollo. Es entonces cuando los niños/as
establecen sus primeros contactos con los elementos musicales a través de
instrumentos sencillos, la voz y su propio cuerpo, adquiriendo técnicas que le
van a permitir utilizar la música como lenguaje y medio expresivo.
Los primeros tres años de la
vida de un niño son un período muy especial durante el cual los padres y los
bebés pueden hacer una música hermosa juntos, y pueden usar esta música para
construir poderosas conexiones entre sí. El gozo mutuo experimentado por padres
e hijos mientras comparten momentos musicales fortalece sus vínculos. Ese
vínculo será el modelo para las relaciones cercanas del niño durante toda su
vida. Establecer esos lazos con su bebé de manera musical simplemente se da
como algo natural. En todo el mundo, cuando los padres les hablan a sus
pequeños, ajustan sus voces para hacerlas más líricas, más rítmicas... en
resumen, más musicales. Cuando su bebé responde se produce una especie de dúo,
reforzando el amor y la confianza que ustedes comparten. La música es también
una manera única y poderosa para que los niños creen vínculos con sus raíces.
Una canción espiritual Afro-Americana, una canción de cuna Yídish o Irlandesa,
una canción folklórica Mexicana.... todas introducen a su bebé a la herencia
familiar en una manera que va más allá de las palabras o las fotografías.Y
conectarse con sus raíces es otra forma de lograr que un niño se sienta a salvo
y más seguro.
Posibilidades
psicofisiológicas: La música contribuye a:
- Desarrollar la coordinación
motriz con movimiento de asociación y disociación, equilibrio, marcha, etc.
- Desarrollar la
discriminación auditiva aprendiendo sonidos y ruidos, recordándolos, reproduciéndolos.
- Adquirir destrezas y medios de
expresión corporales, instrumentales, gráficos, melódicos.
- Desarrollar la locución y la
expresión oral mediante la articulación, vocalización, control de la voz, el
canto.
- Controlar la respiración y
las partes del cuerpo que intervienen en la fonación y el canto.
- Dotar de vivencias musicales
enriquecedoras desde el punto de vista psicológico y físico.
Posibilidades afectivas,
emocionales, de personalidad y cognitivas: La música contribuye a:
- Reforzar la autoestima y la
personalidad mediante la autorrealización.
- Elaborar pautas de conducta
que faciliten la integración social.
- Liberar la energía reprimida
y conseguir el equilibrio personal a través del ritmo.
- Sensibilizar afectiva y
emocionalmente a través de los valores estéticos de la música.
- Desarrollar capacidades del
intelecto como la imaginación, la memoria, la atención, la comprensión, de
conceptos, la concentración o la agilidad mental.
“Donde fracasan las palabras,
la música habla.” – Hans Christian Andersen
Beneficios
de la música en el trabajo con personas con discapacidad
Según Vaillancourt G. el niño
además de ser un ser en desarrollo es un ser creativo y musical, ya que posee
su propia música que expresa como funciona como vía de acceso de los sentidos
que facilita y posibilita el aprendizaje. Además de resultar muy motivador y
fomentar la capacidad de creación de la persona. La música, puede utilizarse
como material y método educativo, que además de puede implementar dentro de las
terapias para mejorar o restablecer las capacidades físicas y psicológicas.
Centrándonos en las personas con discapacidad, la música como terapia puede
resultar realmente beneficiosa, tal y como veremos más adelante.
Siguiendo a Lacarcel Moreno
J.(1995) “la aplicación de la musicoterapia constata que muchos niños han
mejorado considerablemente las condiciones asociadas a su discapacidad” En
términos generales los beneficios pueden considerarse:
- Aumento de la comunicación y expresión, favoreciendo el desarrollo emocional.
- Mejora de la percepción y la motricidad.
- Favorecimiento de la expresión de problemas, inquietudes, miedos, bloqueos, actuando como alivio y disminutivo de la ansiedad.
- Equilibrio psicofísico y emocional.
- Mejora de las respuestas psicofisiológicas registradas en diferentes parámetros: encefalograma, reflejo psicogalvánico, ritmo cardíaco, amplitud respiratoria.
- Mejora del rendimiento corporal. Aumento también del riego sanguíneo cerebral.
- Acercamiento a niños que por su problemática resulta más complejo: autismo, psicosis, etc.
Objetivos de
la musicoterapia para el trabajo con personas con discapacidad
Según Lacarcel, J.
(1995):Existen dos objetivos principales de la aplicación terapéutica de la
música en las personas con discapacidad:
- Mejorar la afectividad, la conducta, la perceptivo-motricidad, la personalidad y la comunicación.
- Mejorar las funciones psicofisiológicas tales como el ritmo respiratorio y cardíaco, y el restablecimiento de los ritmos biológicos a través de la música.En cuanto a las mejoras psicofisiológicas:
- Desarrollo de las facultades perceptivomotrices que permitan un conocimiento de las organizaciones espaciales, temporales y corporales.
- Favorecimiento del desarrollo psicomotor: coordinación motriz y óculo motor, regulación motora, equilibrio, marcha, lateralidad, tonicidad.
- Integración y desarrollo del esquema corporal.
- Desarrollo sensorial y perceptivo.
- Desarrollo de la discriminación auditiva.
- Adquisición de destrezas y medios de expresión: corporales, instrumentales, gráficos, espaciales, melódicos, de color, temporales.
- Desarrollo de la locución y de la expresión oral mediante la articulación, vocalización, acentuación, control de la voz y expresión.
- Dotar al niño de vivencias musicales enriquecedoras que estimulen su actividad psíquica, física y emocional.
Sobre el aspecto afectivo,
emocional y de personalidad:
- Sensibilización de valores estéticos de la música.
- Sensibilización afectiva y emocional.
- Acercamiento al mundo sonoro, estimulando intereses.
- Reforzamiento de la autoestima y personalidad mediante la autorrealización.
- Elaboración de pautas de conducta correctas.
- Desarrollo de la atención y observación de la realidad.
- Aumentar la confianza en sí mismo y la autoestima.
- Establecer o restablecer relaciones interpersonales.
- Integrar socialmente a la persona.
Fuente: Wikipedia
Fotos: Google Imágenes
Videos: Youtube
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