La
Danzaterapia es un método psicoterapéutico
que surgió en los Estados Unidos en la década del 40. Marian Chace, Trudi Schoop, Lilian
Espenak y Mary Whitehouse son las fundadoras de las distintas modalidades de la
danza como terapia.
Según la danzaterapia, mente, cuerpo y alma forman una
unidad psicofísica e interactúan constantemente unas con otras. El movimiento y
la postura influyen en el pensamiento y los sentimientos. La meta esencial de
la danzaterapia es permitir la unión entre mente, cuerpo y alma.
La Asociación Americana de Danza Terapia (ADTA) define a
la danzaterapia como “el uso psicoterapéutico del movimiento para promover la
integración emocional, cognitiva, física y social de un individuo”. (ADTA,
2013)
Según las intervenciones dadas por un terapeuta, la
danzaterapia incrementa el nivel de percepción personal y del cuerpo, permite
realizar amplios movimientos e incentiva al individuo a expresarse de manera
auténtica a través de la integración del inconsciente. La danzaterapia se
entiende como el uso psicoterapéutico de la danza y el movimiento para lograr
la integración de los procesos cognitivos, corporales y emocionales del hombre.
El fundamento de la danzaterapia toma en cuenta las influencias de la Psicoterapia
Psicoanalítica.
La Danza Movimiento Terapia es una profesión que requiere
estudios de Posgrado; es decir una Maestría de especialización en Danza
Movimiento Terapia, o bien cursos de ruta alternativa a nivel posgrado que
requieren una Maestría para poder ser cursados.
Historia de
la Danzaterapia
La danzaterapia nació en los años 20 en Alemania. Rudolf von Laban
(1879-1958) fue uno de sus participantes. La bailarina alemana Mary Wigman
(Karoline Sofie Marie Wiegman 1886-1973) fue una alumna de Laban. Ella, en su
libro “El lenguaje de la danza”, describe la danza moderna y su experiencia como
bailarina. Asimismo, da un gran impulso para la evolución de la danzaterapia.
Otras alumnas de Rudolf von Laban y Mary Wigman fueron Irmgard Batenieff,
Franziska Boas, Liljan Espenak y Mary Whitehouse. Como emigrantes en los
Estados Unidos continuaron con los conceptos teóricos y prácticos aprendidos de
sus maestros desarrollando nuevos. A través de su trabajo con personas con
necesidades especiales y trastornos mentales fueron descubriendo nuevas
posibilidades terapéuticas que ofrecía la danza. Las bailarinas profesionales
Trudi Schoop y Marian Chace también contribuyeron con eso. Alrededor de los
años 50 probaron los efectos positivos de la danza en personas que padecían
trastornos mentales de mayor intensidad. Actualmente se conoce a Franziska
Boas, Marina Chace, Liljan Espenak, Mary Whitehouse y Trudi Schoop como las
“Madres de la Danzaterapia”. Todas ellas crecieron en la época de la danza
moderna y para ese entonces ya tenían mucha experiencia con la danza como medio
de expresión artístico. Gracias a las experiencias vividas en sus estudios de
danza y al contacto con terapeutas de la psicología profunda, se redescubrió la
danzaterapia. Sin embargo, ninguna de ellas era psicóloga, psicoterapeuta o enfermera.
Las Pioneras
de la Danzaterapia
En 1941, Franziska Boas, junto
con una Especialista en Psiquiatría Infantil, empezó a trabajar mediante la
danza en una clínica con niños de 12 años que padecían trastornos psíquicos.
Liljan Espenak (1905-1988),
tras haber concluido sus estudios sobre la psicología individual de Alfred
Adler con Mary Wigman, se preparó en el Instituto Adler. Intentó que cada uno
de sus pacientes y alumnos encontrara la libertad en el movimiento con la
coordinación aprendida del cuerpo e improvisaciones rítmicas, logrando cambios
en su estilo de vida. Liljan Espenak realizó lo mismo con cada uno de sus
pacientes como preparación antes de empezar la terapia en grupo. En esta
terapia se realizaban juegos de roles que deberían ayudar a los pacientes a
aprender a manejar distintas situaciones. Además, se realizaban ejercicios de
estiramiento y fortalecimiento que permitían realizar movimientos de la manera
más expresiva posible. Liljan Espenak utilizó la música para resaltar o liberar
emociones. El primer grupo de pacientes de Espenak lo conformaron niños con
necesidades especiales. Más adelante, también trabajó con personas con
trastornos neuróticos y psicosomáticos en terapias de grupo o individuales.
Mary Whitehouse (1886-1973) se
inició en la danzaterapia por su formación en la danza en Europa y Estados
Unidos, y también por su contacto con la Psicología Profunda de C.G. Jung. Ella
diseñó el método junguiano en danzaterapia, el cual es muy conocido hoy en día
en los Estados Unidos. Trudi Schoop (1903-1999) fue una gran bailarina
profesional quien, a inicios de la Segunda Guerra Mundial, emigró de Suiza a
California. Ahí empezó a desarrollar su danzaterapia para personas con
trastornos psicóticos crónicos.
Marian Chace (1896-1970) ha
sido la pionera más conocida e influyente de la danzaterapia. Sin embargo,
nunca se consideró una Psicoterapeuta, mas su trabajo con los pacientes hizo
que se acercara más al psicoanálisis. Para Marian Chace fue muy importante que
sus pacientes aprendieran a saber expresar sus sentimientos para poder relacionarlos
mejor. Asimismo, logró que capturen y reflejen cada movimiento para que así sea
más sencillo darse cuenta de sus problemas. En la actualidad, el capturar y
reflejar cada movimiento es uno de los principales métodos de la danzaterapia.
Marian Chace piensa que la formación de los terapeutas en varios tipos de danza
es importante, pero tienen que ser consolidados con estudios académicos.
Gracias a ella se fundó en el año 1965-66 la Asociación Americana de Danza
Terapia (ADTA).
Después de la primera generación
de las “Madres de la Danzaterapia”, le sigue la segunda llamada las “Hijas”.
Las “Hijas” fueron mujeres con estudios de danza y también con experiencia
teatral. Ellas se basaron en los conceptos psicoterapéuticos de la orientación
teórica de la danzaterapia y, tras realizar su formación en la danza,
continuaron con la formación en Psicoterapia. Los aportes de Erma
Dosamantes-Alperson, Penny Lewis-Bernstein y Elaine von Siegel fueron
fundamentales para el trabajo de esta generación.
La
Danzaterapia en la actualidad
Los principios de las pioneras
de la danzaterapia fueron en su mayoría retomados y desarrollados
constantemente por sus alumnas. Es por ello que en la actualidad existen
distintas teorías sobre la danzaterapia. La danza y el movimiento fomentan
beneficios a la salud. Sheets-Johnstone (2010), en su ponencia magistral para
la 44va Conferencia de la ADTA, preguntó “¿Por qué es terapéutico el
movimiento?” y nos dá varios ejemplos: El movimiento es vida, ya que comenzamos
a movernos desde el momento en que nacemos; también es la base que nos permite
percibirnos a nosotros mismos como “agentes capaces y efectivos en el mundo”
(ibid, 2010) esto significa que podemos hacer, lograr y promover que las cosas
sucedan, pero que también tenemos la posibilidad de cambiar estas experiencias.
Existe una diferencia
fundamental entre la Danza Terapéutica y la Danza Movimiento Terapia. Aunque el
movimiento es terapéutico, (como en el caso de una clase de cualquier género de
danza, que por definición es Danza Terapéutica) eso no implica que cualquier
persona es un terapeuta calificado para el cuidado de la salud mental y que ha
refinado sus habilidades verbales y no-verbales, permitiéndole llevar a cabo
una sesión de danza movimiento terapia. Es importante tomar en cuenta que a pesar
de que esta profesión ha florecido desde la década de los 40s y comenzó a
organizarse formalmente en 1966, el término “danzaterapia” aún sigue siendo
utilizado indistintamente. En países donde no hay un organismo formal que
regule la profesión, y donde existe poco acceso a libros y publicaciones de
Danza Movimiento Terapia, podría ser fácil para el público en general
confundirse debido a conceptos equivocados que conciernen a la profesión. La
diferencia consiste en la profesionalización.
Teoría
La danzaterapia utiliza la danza y el movimiento
de manera psicoterapéutica para alcanzar la integración de procesos corporales,
emocionales y cognitivos. También funciona como un medio para el desarrollo de
la personalidad. Por un lado, es una terapia artística, y por el otro, una
psicoterapia corporal que se centra especialmente en lo que el movimiento
representa, tomando en consideración que el cuerpo tiene memoria. En los años
80 se estableció como un método de sanidad que también incluía conocimientos
psicológicos e investigación psicoterapéutica (Por ejemplo, psicotraumatología,
investigación de comunicación no verbal, investigación creativa y psicoterapia
corporal. Desde la década del 90 se han realizado más estudios que se basan en
ello, Koch & Bräuniger, 2006).
La danzaterapia tiene como
finalidad integrar las experiencias previas al idioma y memoria corporal,
estimular la percepción corporal, desarrollar una imagen corporal real,
estimular el movimiento personal y el auténtico, desarrollar la percepción
personal y hacia los demás, analizar las emociones vividas, lidiar con los
conflictos intra e interpsíquicos, adquirir nuevas maneras para establecer
vínculos y manejar situaciones, aprender a expresarse y reflexionar sobre el
movimiento, ser consciente e integrar lo vivido.
Existen distintas formas para
realizar terapias individuales o grupales para todas las edades. Los modos de
expresión, adaptación y comunicación pueden observarse a través de la
contracción muscular, la respiración, el ritmo, las formas, la postura y
dinámica de movimiento, y se pueden influenciar a través de la danzaterapia.
(Informe de la Asociación de Danzaterapeutas de Alemania BTD, Koch &
Bräuniger, 04/2008).
Las áreas de
la Danzaterapia
Las áreas de trabajo de la
danzaterapia son diversas. A continuación se encuentran las más importantes:
Psiquiatría, clínicas, instituciones psicosomáticas, psicoterapia,
instituciones de pedagogía especial, consultorios ambulatorios de danzaterapia
(Como la HPG, que trata a pacientes con trastornos neuróticos y
psicosomáticos), oncología, neurología, rehabilitación, instituciones para la
lucha contra las adicciones, intervención en crisis a pacientes que han sufrido
grandes cambios físicos (por ejemplo, tras accidentes, cáncer, etc.), terapias
preventivas, de pareja y de familia, consejería, etc.
Diagnóstico
Analizando
el movimiento, la postura corporal, los gestos, la mímica, el ritmo, la
velocidad, la relación con el espacio y la forma de respiración, el terapeuta
intenta conocer un poco más sobre los problemas que presenta el paciente. Para
conocer aún más sobre este campo, los terapeutas trabajan con exámenes
especiales para saber sobre cada uno de estos aspectos encontrados
especialmente al iniciar la terapia.
Los Métodos
de la Danzaterapia
Los métodos más conocidos de
la danzaterapia son el Método Laban de Análisis Corporal (LMA), el Movement
Psychodiagnostic Inventory (MPI) y el Perfil de Movimiento de Kestenberg. Éstos
también se emplean para realizar análisis y diagnósticos, así como para
intervenciones y evaluaciones terapéuticas. Los cuatro métodos principales de
la danzaterapia son la técnica de danza, la imitación, la improvisación y la
creación. Éstas se relacionan unas con otras y se complementan, pues a través
del trabajo realizado con la técnica de danza se aprende una serie de
movimientos conocidos y necesarios para la improvisación. Durante la creación
se unen elementos procedentes de las áreas antes mencionadas.
La Técnica
de Danza: En la danzaterapia no solamente se representan estilos de danza
definidos, como normalmente se cree. Los movimientos simples como los gestos,
pequeños juegos de movimiento y giros sencillos, también pertenecen a la
danzaterapia, así como la recreación oral de lo vivido. Los ejemplos de
movimiento preestablecidos ayudan a superar la timidez. Al bailar, muchos temen
no poder realizar el movimiento adecuado y agradable a la vista. En esta
situación, la técnica de danza puede brindar mayor seguridad a la persona.
La técnica de danza tiene como finalidad
reproducir los movimientos incorporando nuestro mundo interior, percibir mejor
los sentimientos corporales, ampliar el repertorio de movimientos y prestarle
más atención a la fusión entre un estado de ánimo y el movimiento. La elección
del estilo de baile dependerá del estado de ánimo y la situación general del
paciente, ya que los distintos estilos de baile crean diferentes estados de
ánimo.
La Imitación:
El imitar los movimientos de otras personas permite crear los de uno
mismo y con ello, desarrollar la personalidad. En un principio resulta un tanto
extraña la idea de acercarse a uno mismo manifestando los sentimientos, estados
de ánimo e imitando a otra persona, sin embargo al imitar a otros y
comparándonos con ellos, o tal vez al rechazar o contraponiéndonos a otra
persona recibimos información y alguna respuesta sobre nosotros mismos. Por
ello, muchas veces puede ser terapéuticamente importante exigirle al paciente
imitar movimientos específicos. Además, con la imitación, es muy importante que
no sólo se esté concentrado físicamente, sino también psicológicamente. En
algunos casos, si la terapeuta percibe que el paciente tiene un determinado
sentimiento difícil de expresar o no sabe cómo expresarlo, entonces ella puede
recurrir a la imitación. La terapeuta puede enseñarle al paciente un movimiento
que concuerde con el sentimiento que quiere interpretar y con ello ayudarlo a
expresarse.
La
Improvisación: Una característica de la improvisación es el
dejarse llevar por lo improvisto o no planificado. A través de ésta uno se deja
llevar por los impulsos, realiza lo que uno desea y lo representa con el
movimiento. En la improvisación no existen movimientos planeados, pues con ésta
uno decide cómo utilizar el cuerpo, el espacio, el tiempo, la fuerza y el
ritmo. Con la improvisación no se realiza algún movimiento para lograr un
estado definido, la persona que danza puede expresar sus sentimientos,
vivencias e ideas a través del movimiento.
Por lo general, el empezar con la improvisación
en la terapia es difícil y causa temor al paciente, pues éste siente de repente
que la libertad está en sus manos y por ello se mueve de manera insegura y no
sabe qué tiene que hacer. Al improvisar se eliminan todos los comportamientos
planeados, obligaciones y límites, sin embargo el paciente no se siente en ese
momento “libre”. Esto permite que uno mismo reaccione, es decir, que nos demos
cuenta de las restricciones y limitaciones que nos ponemos a diario.
Otra dificultad de la improvisación es el lograr
desconectarse de sí mismo, es decir, desconectarse también del intelecto. Sólo
realizando esto se consigue entrar en el subconsciente, lo cual es necesario
para despertar los sentimientos, acontecimientos, recuerdos y movimientos
emotivos que han sido olvidados, suprimidos o desplazados, para luego poder
“personificarlos”.
Mientras se permanezca más tiempo desconectado,
más rápido se podrá recordar lo olvidado y oculto. Algunas veces este hecho
despierta sentimientos y movimientos que terminan en una catarsis. Durante la
improvisación, el trabajo con el subconsciente es conveniente para pacientes
que, por lo general, son funcionales, pero que aun así son invadidos por
sentimientos del vacío y del absurdo. Con los pacientes que sufren de algún
trastorno psicótico no se trabaja con el subconsciente, sino con un mundo
externo y real para crear una estructura del yo clara.
La Creación:
se entiende como la combinación entre la técnica de danza y la
improvisación.
Con la técnica de danza se intenta representar
un movimiento preciso para encontrar un sentimiento adecuado, mientras que con
la improvisación, se intenta representar un sentimiento o un estado de ánimo a
través de impulsos y movimientos improvisados.
Con la creación se debería encontrar un
equilibrio entre ambos extremos. Aquí se combina lo aprendido durante la
técnica de danza y la improvisación, es decir, aprender a controlar los propios
movimientos y expresar los propios sentimientos.
Durante la creación, el paciente expresa
sentimientos, estados de ánimo y emociones con movimientos controlados que van
al ritmo de un estilo de música adecuado. El paciente tiene la libertad de
elegir qué sentimiento desea representar. Él escoge, controla y cambia. De esta
manera se genera un distanciamiento necesario para el paciente pues no siente
que su mundo interior se encuentre desorientado ni que pueda perderse en él,
como ocurre con la improvisación. Con la creación tiene la posibilidad de
expresarse en todo momento a través de la danza.
Fuente: Wikipedia
Fotos: Google Imágenes
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